martes, 20 de noviembre de 2012


Café Vernepia
-No- Siempre ha sido su respuesta desde que murió su madre privándose de todo lo que le traia la vida, aunque su tristeza y forma de ser era muy extraña porque nunca había tenido una relación muy unida con ella. – Hoy estoy ocupada, cuanso haya conseguido tiempo para mi y asi poder salir te llamare – Adios-. Salio de su casa situada en el centro de Quito, se había mudado allí cuando su madre falleció, trato de buscar un departamento para ella sola, pero a final se mudo a una casa para estudiantes en el ultimo piso, no quería escuchar el ruido ni las conversaciones de los que se hospedaba allí, pero prefería quedarse en su casa para no tener que salir y ver tanta gente que no debería estar ahí. El 1 de enero no fue la excepción de decidir si quedarse de salir en casa o salir a la calle, no quería oir las campanadas y ver a los turistas hablar de lo maravilloso que es ese lugar, pero tampoco quería estar en en sur ni en el norte de la ciudad le recordana la muerte de su madre, con gente tan presurosa que solo le importaba su propio bien, y atropellar a alguien seria lo mas normal del mundo. Por eso estaba allí, sentía que la gente era mas unida con tantas historias plasmadas y recuerdos.
Se levanto temprano ya que ese año nuevo no festejo, ni realizo nada tradicional de esa fecha, había empezado el 2000 el cual llevo consigo nuevas metas y oportunidades, cuando la gente dejo de pensar que en ese dia el mundo acabaría y vivian engañados desde hace mucho tiempo. A ella no le importo y a las 00:00 horas empezaron los ´´ruidos´´ y entre otras cosas, respiro profundo y siguió durmiendo. Esa mañana paso todo como de costumbre para ella, muy decidida salió de su casa, bajo las escaleras debido ha que el ascensor estaba dañado se imagino que debio ser por el cambio de siglo de anoche; al igual que los años viejos terminando de quemarse y cenizas por la calle. La gente estaba confundida por todo y caminaban como zombies por la calle, como si estuvieran perdidos por la calle. Anne entro al Café Vernepia, nunca había entrado allí, ni siquiera si estaba en construcción antes, como ella siempre estaba distraída y pensando en otras cosas debió suponer no haber notado ese lugar aunque no era demasiado llamativo, lo que lo diferenciaba era una puerta de manera como entrada y monton de nombres en la parte superior de esta, nombres de todos los colores y tamaños en ellos era como si reflejase la personalidad de la persona, pensó imaginarlo todo, decidió abrir la puerta, al entrar observo todo, por lo visto no era un café normal, se sento en una de las sillas tan originales. Sin haber ordenado nada una mesera se acerco y le sirvió un delicioso café, el lugar era algo oscuro por lo cual no pudo diferenciar el rostro de la chica, se retiro y tomo todo el café sin preguntar nada, al terminar saco de su bolso papel y lápiz ampezo a escribir rpidamente pero de pronto la misam mesera se acerco y le dijo que pusiera su comentario sobre el lgar y que a todos los nuevos clientes les ofrecían algo gratis. Ella sonrio y cogió la hoja no sabia que escribir asi que que puso ´´Bien, el lugar muy original y acogible´´. Se levanto y al salir entro en pánico al ver que no tenia manija la puerta, derrepente oyo un sonido como cuando se entra a un lugar y avisan su presencia, la puerta se abrió y sintió alivio. Corrio hacia su casa, ya no quería volver a salir, se encerro en su cuarto, su celular empezó a sonar una y otra vez hasta que al fin contesto: ´´Buenas noches, se le informa que hay nuevas promociones y descuentos en Café Vernepia´´ y cerraron. Ella no entendía como obtuvieron ni nada pero le daba igual estaba muy triste. 

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